jueves, 5 de marzo de 2015

Leyenda de la Virgen de Hormigueros





La Virgen de la Monserrate pertenece al grupo de las llamadas vírgenes negras que tanto se extendió por la Europa románica y cuyo significado ha dado lugar a múltiples estudios.

Origen y Milagros de la Virgen de la Monserrate en Hormigueros 

Primer Milagro 

Cuenta la leyenda que en el año 1590 el jíbaro campesino puertorriqueño Giraldo González se encontraba en una de las colinas, de lo que hoy conocemos como Hormigueros, recogiendo bejucos para hacer canastas. De repente, sale a su encuentro un toro salvaje que acomete contra él, éste al ver que no puede trepar a un árbol, ni huir por estar junto a un precipicio, ni defenderse con su machete se encomienda a la Virgen exclamando "Favorecerme querida Señora de Monserrate".

En el acto la bestia dobló rodillas y bajó la cabeza hasta el suelo sin hacer mal al afligido. En el cielo había aparecido la Madre de Jesús que haciendo un gesto con su mano izquierda ordenaba al toro bravío que se arrodillara.

En agradecimiento al favor recibido Giraldo González construye en el tope de esa colina una pequeña ermita de adobe. Ya el Santuario empezaba a levantar al cielo su mole cuando ocurre el segundo milagro.

Segundo Milagro 

Giraldo González tenía una hija de ocho años la cual se extravió por el cerrado bosque que rodeaba el santo monte. Quince días duró la búsqueda y al cabo de ellos hallaron a la niña en buen estado de salud y alegre, con su ropa sana, igual que el día en que se perdió.

Al preguntársele como había vivido sin sustentarse, dijo que una mujer le había dado de comer todo aquel tiempo, halagándola y acariciándola como madre: de quien se entendió ser la Virgen de Monserrate, de quien su padre era devoto.

Devoción a la Virgen de la Monserrate 

La noticia de los milagros ocurridos en aquel monte en Hormigueros pronto alcanzaron los más remotos rincones de la isla, desde ese momento las peregrinaciones llegaban continuamente.

Más de 400 años cuenta el culto jamás interrumpido de la Virgen de la Monserrate en Hormigueros. Durante esas largas centurias, día y noche, han ardido y continúan ardiendo lámparas votivas del pueblo puertorriqueño que devoto y agradecido honra a su Dios venerando a su Virgen Madre.






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